ÉXODO JUJEÑO
23 DE AGOSTO: MANUEL
BELGRANO INICIÓ EL ÉXODO JUJEÑO HACIA TUCUMÁN
El 23 de agosto de 1812, ante el
avance del ejército realista, el general Manuel Belgrano inició el Éxodo Jujeño
hacia Tucumán: los habitantes de Jujuy y Salta no solo abandonaron sus hogares,
sino que arrasaron con todo a su paso.
La orden de Belgrano había sido
terminante: el pueblo debía destruir todo aquello que no se pudiera
transportar. El objetivo era dejar a los realistas tierras arrasadas, sin
víveres para la tropa. No debía quedar nada que fuera de provecho para los
adversarios, por ello todo fue quemado o transportado.
Desde el año 1810 hasta 1825, año de la liberación del Perú, el
territorio jujeño vivió las guerras de la Independencia. En 1812 los realistas
estimaron que había llegado el momento adecuado para recobrar el virreinato del
Río de la Plata después de la revolución de Mayo de 1810. Después de tomar
Cochabamba, el siguiente objetivo era Jujuy. Por ello, siendo que el Ejército
del Norte se encontraba desmoralizado, sin recursos ni armamentos, se recurrió
a la táctica de “tierra arrasada”.
Con el objetivo de impedir que las
fuerzas invasoras avanzaran hacia el sur de la actual Bolivia, Belgrano le
ordenó a Antonio González Balcarce, que se traslade hasta Humahuaca y evalúe
las posibilidades de apoyar a los patriotas de Cochabamba. En su marcha
Balcarce reclutó milicianos, formando una caballería gaucha.
Mientras tanto Belgrano en Jujuy
hizo bendecir, en la Catedral, una bandera con el propósito de contagiar el
sentido de patria entre los vecinos del lugar. Luego dispuso que los jujeños
abandonaran la ciudad sin dejar nada que pudieran aprovechar sus enemigos:
armas, ganado vacuno, caballares, mulares y lanares; ordenó levantar la cosecha
de las plantaciones y a los comerciantes embalar su mercadería y remitirla a
Tucumán. Además, impuso una férrea disciplina que podía llegar al fusilamiento,
para todos aquellos que "por sus conversaciones o por hechos, atentaran
contra la causa sagrada de la Patria, sea de la clase, estado o condición que
fuese”.
El 24 de agosto las tropas
virreinales al mando de Pío Tristán invadieron Jujuy y la ocuparon por más de
seis meses. Nada detuvo a Manuel Belgrano en su objetivo. Gracias a ese
esfuerzo supremo, fue posible ganar la batalla de Tucumán, primero, y la de
Salta, en 1813, tras lo cual los jujeños pudieron regresar a su tierra.
FUENTE: http://www.fce.unju.edu.ar/node/70
FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS. UNIVERSIDAD NACIONAL
DE JUJUY.