ATAHUALPA YUPANQUI

El miércoles 23 de mayo, en el marco del "Miércoles Literario", recordamos un nuevo aniversario del fallecimiento de Don Atahualpa Yupanqui



Atahualpa Yupanqui es uno de los creadores argentinos más influyentes de todos los tiempos.

DATOS BIOGRÁFICOS

Nació en Buenos Aires el 31 de enero de 1908 y falleció en Francia el 23 de mayo de 1992. De pequeño estudió violín y guitarra, aunque aseguraba que había sido la tierra misma, los animales, los paisajes quienes lo habían inspirado con sus sonidos dulces y bárbaros a la vez. El nombre que le dieron sus padres, personas humildes y trabajadoras, es Héctor Roberto Chavero. A los 13 años adoptó el seudónimo Atahualpa para firmar artículos literarios en el periódico escolar; más tarde, lo completó con Yupanqui, dando a su nombre completo un significado que bien podría entenderse como "la persona que vino de tierras lejanas a contar".
A lo largo de su vida de caminante, de explorador, trabajó como maestro de escuela, colaboró como cronista y tipógrafo, pero principalmente fue músico y compositor, transmitiendo siempre su visión aguda de la naturaleza y del ser humano. Su guitarra, decía el mismo Atahualpa, lo había acompañado desde pocas horas después de su nacimiento, haciendo sonar las melodías que lo ayudaban a dormir. Su canción "
Caminito del Indio", también conocida como "Camino del Indio", resulta de gran popularidad.

LA PROFESORA MARISA MONZÓN LEYÓ LA LETRA DE UNA HERMOSA CANCIÓN TITULADA "EL NIÑO DUERME SONRIENDO"


EL NIÑO DUERME SONRIENDO


La noche, con la espumita del río,
te está tejiendo un encaje, mi Niño.
Quiero la estrella del ciclo más bella,
para hacerte un sonajero, mi Niño.

El niño duerme sonriendo, mi Niño.
¡Ah, mi Niño!
Qué bello mundo es tu mundo, mi Niño.
¡Ah, mi Niño!

El niño quiso ser pez
y fue a la orilla del mar.
Puso los pies en el agua
pero, no pudo ser pez.

El niño quiso ser nube
y fijo al cielo miró.
Volaba el aire en el aire
pero, el niño no voló.

El niño quiso ser hombre,
fuerte, compuso su voz.
Mas el mundo era tan suyo
que el niño, niño quedó.
.
Fueron pasando los años
y el hombre alcanzó su voz,
y anduvo par esos mundos
mezclando dicha y dolor.

Y el hombre quiso ser niño,
quiso ser nube y ser pez,
mas la playa era de angustia
y las nubes el ayer.

Y el hombre va par el mundo
con razón o sin razón,
y lleva un niño frustrado
gimiendo en su corazón.

Qué bello mundo es tu mundo, mi Niño.
¡Ah, mi Niño! ...

A CONTINUACIÓN, CALUDIA SABELLA ROSA, SE REFIRIÓ A "EL PAYADOR PERSEGUIDO"

En la década de los sesenta Atahualpa escribió y grabó su trabajo antológico "El payador perseguido". Esa obra ha sido considerada como el Martín Fierro del siglo veinte y ofreció al artista una nueva dimensión. El poema, que dividió en cuatro partes, demuestra perfectamente como era el espíritu de Atahualpa. La tranquila lectura de las estrofas nos transporta:


Y aunque me quiten la vida
o engrillen mi libertad,
¡Y aunque chamusquen quizá
mi guitarra en los fogones,
han de vivir mis canciones
en l'alma de los demás!


¡No me nuembren, que es pecao
y no comenten mis trinos!
Yo me voy con mi destino
pal lao donde el sol se pierde.
¡Tal vez alguno se acuerde
que aquí cantó un argentino!


FINALMENTE, LUIS LUJÁN, SILVIA FLORES Y RAFAEL
CANTARON "EL ARRIERO"


EL ARRIERO

En las arenas bailan los remolinos,
el sol juega en el brillo del pedregal,
y prendido a la magia de los caminos,
el arriero va, el arriero va.

Es bandera de niebla su poncho al viento,
lo saludan las flautas del pajonal,
y animando la tropa por esos cerros,
el arriero va, el arriero va.

Las penas y las vaquitas
se van par la misma senda.
Las penas son de nosotros,
las vaquitas son ajenas.

Un degüello de soles muestra la tarde,
se han dormido las luces del pedregal,
y animando la tropa, dale que dale,
el arriero va, el arriero va.

Amalaya la noche traiga un recuerdo
que haga menos pesada mi soledad.
Como sombra en la sombra por esos cerros,
el arriero va, el arriero va.






















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