María Cristina Ramos
María Cristina Ramos
Datos biográficos
María
Cristina Ramos nació en 1952 en San Rafael (provincia de Mendoza, Argentina) y
reside desde 1978 en Neuquén, una ciudad de la Patagonia argentina. En su
página web, la autora habla sobre la tierra que habita: "Si bien Cartagena
de Indias me seduce y en algún pueblo de España me espera todavía algo de mí;
si bien más que en lugares creo en ámbitos humanos, la Patagonia, donde vivo,
me sigue haciendo sentir que pertenezco a sus repliegues antiguos y a su
silencio extendido de meseta. Creo en el Tronco de Oro todavía, ése que
permanece en un lugar escondido por la complicidad de la nieve, durmiendo su
sueño de maravilla posible, cerca de la Cordillera."
Es
Profesora de Literatura y trabaja en capacitación docente. Coordina talleres de
lectura y escritura; "durante veinte años para niños, ahora para adultos,
solamente".
Escribió
más de 20 libros para niños, entre poesía y narrativa. Sobre su obra, comenta
la profesora Lidia Blanco: "La producción de María Cristina Ramos tiene
como rasgo fundamental la recreación de la voz y el pensamiento de la infancia.
Minuciosa en la elección de la palabra poética, enlaza con hilos sutiles la
espontaneidad del habla cotidiana de los niños con la profundidad de su decir
poético que levanta vuelo y construye escenarios fantásticos en espacios poco
visitados por los habitantes de las grandes ciudades. La naturaleza participa y
brinda credibilidad a la narración porque el discurso se nutre de aire fresco,
de charquitos, de montañas, de árboles frondosos. Los personajes infantiles
andan en libertad, en zapatillas o descalzos, salen y entran de sus casas y sus
vidas se traman y destraman alimentándose del paisaje bellísimo del Neuquén.
Sus charlas, sus sueños, sus caídas, sus conflictos van naciendo de la
naturaleza generosa que les promueve aventuras y edifica el basamento realista
del que emerge victorioso el hecho fantástico."
A
fines de 2002, con la publicación del libro Maíces de Silencio,
fundó la Editorial Ruedamares, que coordina desde
Neuquén.
La Luna
La
luna se lava
la
cara en el río,
(que
no tenga sombra,
que
no tenga frío).
El
agua en oleaje
la
desmiga en gajos,
(que
nadie se encuentre
la
luna en pedazos).
Un
pez hechicero,
que
nada en su brillo
soñará
esta noche
todo
en amarillo.
La
nutria, que baila
su
danza nocturna,
se
siente asistida
de
lámparas diurnas.
Y
en una polvera
de
arena de orilla
las
lagartijas
pintan
sus mejillas.
Dicen
que la luna
reparte
en su viaje
colores
que el viento
le
roba al paisaje.
Y
que algunas veces
se
interna en el mar
y
duerme en los bosques
blancos
de coral.
María
Cristina Ramos
De
LA LUNA LLEVA UN SILENCIO.
Burbuja,
burbuja
Te soplo, burbuja,
despacitamente,
subí sin cansarte,
volá sin romperte.
No mires al viento,
trepáte en secreto,
burbuja, burbuja,
por el aire abierto.
Jugá con los sueños,
los sueños que esperan
en el sol dormido
que hay en la vereda.
Burbuja, burbuja,
carita de espuma,
que en tu espejo fino
se mire la luna.
María Cristina
Ramos